¡Conoce a Maria: La nueva CA de ONA!
¡Hola!
Soy Maria y me uno al equipo de ONA Quiropráctica. Sé que estáis acostumbradxs a ver a Gerard, pero… ¡ahora también me veréis a mí! 😉
Quiero contaros un poquito sobre mí para que nos vayamos conociendo mejor. Tengo 24 años y soy de Barcelona de toda la vida. Estudié Comunicación Audiovisual porque quería unir mis dos pasiones: la fotografía y la escritura. Después, hice un posgrado en Fotografía y Diseño Editorial para seguir empapándome del mundo de las imágenes y los libros.
En mi tiempo libre y como una vía de escape, me dedico a escribir mis propias novelas y he ganado varios concursos escribiendo relatos. Ojo eh, próxima escritora de éxito. También realizo sesiones de fotos de todo tipo; retratos, embarazos y familias, moda, paisajes, aunque he de decir que mis favoritas son las de deporte y las de detalle.
Creo que he llegado a ONA en el momento perfecto: justo al empezar mi camino profesional, con muchísimas ganas de aprender, aportar ideas y, sobre todo, de transmitir buen rollo a quienes me rodean.
A nivel personal, tuve una infancia con muchas idas y venidas a nivel familiar, pero eso no me ha frenado: al contrario, me ha dado fuerza para seguir adelante, estabilizarme y luchar por lo que merezco.
Soy una persona entusiasta, alegre, bromista, siempre buscando mejorar, se me da muy bien escuchar (además de que me gusta mucho), y aunque de primeras soy un poco tímida, cuando se me da un poco de cuerda, no me callo ni debajo del agua, estáis avisadxs.
Estoy muy feliz de empezar esta nueva etapa y de meterme de lleno en el mundo de la quiropráctica, que hasta ahora era completamente desconocido para mí. Así que aquí me tenéis para charlar entre ajuste y ajuste, resolver dudas y pero lo más importante, ayudaros a apuntar vuestra próxima sesión.
Si algún día me veis por la calle igual me pilláis escuchando música, haciendo fotos o, quizá, escribiendo una novela en una cafetería (muy peliculero todo)… Pero si no os saludo… ¡perdonadme! Es que tengo miopía.
Anécdota: El día que vine a hacer la entrevista a ONA, salí del metro en Fontana y, justo bajando por Torrent de l’Olla, me encontré con una frase pintada sobre unas latas que decía: “Es un buen día para empezar”. No sé, me pareció una señal. Me dio un subidón de energía y me ayudó a llegar con ilusión y confianza a la entrevista, con la sensación de que algo bueno iba a empezar. Y qué razón tenía.
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