¿El estrés y la ansiedad son realmente nuestros enemigos?

En la actualidad, el estrés y la ansiedad son fenómenos comunes que afectan a muchas personas. Pero, ¿qué significan realmente estas palabras y cómo afectan a nuestro cuerpo y mente? Hoy me gustaría hablar un poco más sobre estos temas para poder llegar a entenderlos mejor y saber qué herramientas podemos utilizar para combatirlos.

¿Qué son el estrés y la ansiedad?

El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes o amenazantes. Cuando enfrentamos un estímulo estresante (un león, nuestra suegra…), nuestro cuerpo libera hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, para prepararnos para la acción.

Por otro lado, la ansiedad es una respuesta emocional que se caracteriza por una preocupación excesiva y persistente sobre situaciones futuras. Tanto el estrés como la ansiedad, si perduran en el tiempo de forma prolongada (si se vuelven «crónicos»), pueden tener efectos adversos en nuestra salud general como tensión muscular, irritabilidad…

Ese estrés y esa ansiedad que todos sentimos a veces son necesarios, normales y pueden llegar a ser incluso beneficiosos; ya que nos mantienen alerta, nos protegen y nos ayudan a sobrevivir. Son como un mecanismo interno de protección que todos tenemos y del que nos conviene fiarnos para saber cuando algo es un peligro.

¿Cuándo se convierten en un problema el estrés y la ansiedad?

Tanto el estrés como la ansiedad se convierten en un problema cuando limitan nuestras vidas. Esto sucede cuando pasamos más tiempo en un estado de supervivencia que en uno de adaptación o reparación. En lugar de utilizar la razón y aprovechar los mecanismos de reparación que nuestro cuerpo tiene para ayudarnos a vivir en un estado de bienestar, nos encontramos en una posición defensiva o de huida.

Por tanto, a largo plazo, el estrés y la ansiedad pueden incrementar la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, debilitar el sistema inmunológico, y causar trastornos gastrointestinales, depresión, ansiedad y problemas para dormir. Asimismo, pueden generar fatiga persistente, dificultad para relajarse y una sensación general de malestar.

A largo plazo, el estrés y la ansiedad pueden producir enfermedades cardiovasculares o debilitar el sistema inmunológico, entre otros efectos.

¿Cómo combatir el estrés y la ansiedad?

La quiropráctica puede ser una herramienta valiosa para abordar el estrés y la ansiedad. La quiropráctica se centra en el sistema nervioso y su relación con la columna vertebral. Los ajustes quiroprácticos pueden ayudar a restaurar la función adecuada del sistema nervioso, reduciendo las interferencias en la comunicación entre el cerebro y el cuerpo. Esto puede ayudar a reducir la activación del sistema nervioso simpático (encargado del estrés), promoviendo así la relajación y el equilibrio en el cuerpo. Además, la quiropráctica puede ayudar a aliviar la tensión muscular y mejorar la postura, lo que puede tener efectos beneficiosos en la gestión del estrés y la ansiedad.

También existen diferentes estrategias para poder manejar el estrés y la ansiedad como la meditación, la respiración consciente, la práctica de ejercicio físico y el apoyo social y emocional.

Espero que esta información te haya ayudado a ver el estrés y la ansiedad desde otro punto de vista.

Con mucho cariño

David Arasa.

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